Mujeres, hermanas:
Sensibles al cambio, a la Luna y a sus fases, al amor, a la vida misma y al ser.
Defendemos nuestra feminidad y nuestro cuerpo buscando el respeto. Amamos y sentimos sino es que más que cualquier otro ser en la tierra. Ofrecemos nuestro cuerpo a la madre tierra para poder tener la capacidad de crear vida, de crear amor.
Somos belleza, somos naturaleza, diseñadas para existir en esta complejidad y aún así tener la capacidad de disfrutarnos, mirarnos al espejo y sentir amor.
Tenemos todas las partes; rotas o completas de esta exquisita creación reconfortante para muchos, insignificante para otros tantos.
Desnudas en territorios donde el hombre habita y aún así alguien se atrevió a faltarnos el respeto. ¿Cómo nuestros corazones, afligidos, rotos, desgarrados; pero poderosos y valientes, podrían darnos razones para hacernos callar?
Poderosas llegamos y poderosas nos vamos; nada en este camino de la vida hará que circulemos en silencio hacia la hoguera, aún tenemos mucho amor para dar, enseñanzas que ofrecer, pensamientos que gritar, justicia que exigir.
“Colocadas en este mundo para simplemente existir, procrear, servir” es lo que dijo algún machista, y es que a veces nos hacen creer que somos invisibles y desgraciadamente a veces nos permitimos serlo, pero otras veces somos fuego, cicatrices y lágrimas que desesperadamente gritan para ser escuchadas, y es verdad; a veces nos oyen, pero no nos están escuchando, nos están matando, nos están destruyendo, nos están rompiendo, una a una sin compasión logrando así que nuestro coraje, fuerza y magia salga a las calles a gritar, a destruir y a quemarlo todo hasta que se haga justicia por las que ya no están, hasta que seamos escuchadas, hasta que estemos todas vivas, hasta que no falte ni una.
El día de la mujer no es para honrar nuestra belleza física, nuestro esfuerzo por hacer lo que hacemos en casa como esposas o madres. No, no queremos flores, QUEREMOS VIVIR.
Somos la voz de las que ya no están, de las que no pudieron gritar, de las generaciones pasadas que aún tienen miedo de gritar. Queremos que hoy nos escuchen, queremos salir a la calle seguras y vivir todos los días que nos quedan con dignidad, respeto y libertad.
LIBRES NOS QUEREMOS, VIVAS NOS QUEREMOS.
Eres hermosa no importa tu tamaño, complexión, color, defectos.
La piel es la obra de arte más bonita por naturaleza.
Respiras a través de ella, sientes, tocas,
se estira y regresa, se moja y se seca.
Que cada cicatriz, estría, mancha,
arruga, pliegue;
sea una marca de lucha, un recuerdo,
la evidencia exacta de que has estado aquí todos estos años, viviendo;
un beso de ti para ti.
Está bien si has discutido con tu cuerpo, siempre y cuando aprendas a reconciliarte y perdonarlo.
Dale tiempo de recuperarse,
de que regrese a unirse con tu alma.
Estás aquí como unión; cuerpo, alma y mente.
No hace falta ni tiene sentido que vivas separada de ti misma.
Quiérete en el espejo.
Toca tus estrías, acaricia tus muslos
delgados o anchos,
abraza tu vientre.
Haz un recuento de todo lo que han vivido,
de cómo te has atrevido a no quererte,
incluso a odiarte.
Estás completa o tal vez te falte un brazo,
una pierna, un seno.
Pero estás aquí,
únicamente para estar en paz,
para estar contigo.
Para combinar con este inmenso mundo
tan inexplicablemente hermoso.
Como tú, tan inexplicablemente hermosa.
Y tú, ni siquiera te has dado cuenta.
Tu cuerpo aún no lo sabe,
porque aún no se lo has dicho.
No lo abrazas. No lo amas.
Ponte unos calzones bonitos,
un vestido,
tus zapatos más bonitos
y sedúcete.
Todavía estás a tiempo,
todavía te tienes.
No te dejes ir.
¿Te he dicho ya que eres hermosa?
¿Te has dicho ya que eres
irremediablemente hermosa?
Para: Cualquiera que sienta que éstas palabras resuenan, y para mi.
Con amor, La Bralette.